Órgano de la Iglesia de La Merced (Trujillo, Perú)


Detalle:

Dice don José de Mesa en su artículo “Ensayo preliminar sobre los órganos en el Virreinato del Perú”:

 “Hoy sólo se conserva del período virreinal, uno de muy buena calidad, el de la Iglesia de la merced, que ha resistido todos los avatares del tiempo. Su caja se halla en muy buen estado. Este instrumento responde a una nueva moda estética en su caja, es la introducción del neoclasicismo, con algunos puntos de decoración rococó. Seguramente lo que parece más interesante en su decoración es que toda la caja de tubos es pintada mostrando un gran Tromp l´oeil de excelente factura. Tiene en total cinco castilletes semicirculares, en forma de cilindros que en la parte inferior son acompañados. Los tres de fachada, mayor el principal, se hallan unidos por dos hileras de tubos que van ascendiendo en tamaño hacia los costados. La decoración se concentra en la coronación y a los costados, en los cuerpos intermedios. Grandes roleos rococó dorados, separan los castilletes, mientras que peinetas coronadas de rocalla y roleos, hacen de coronación. El color general del órgano, salvo los simulados tubos que son de color metálico, es rojo carmín. Ocho ángeles trompeteros sobre sotabancos se hallan junto a los acampanados tubos. El pedestal dividido en recuadros, se une a la caja de tubos mediante abultados modillones, cuya parte baja se resuelve en amplia curva cóncava.


El órgano de la Merced de Trujillo es el más avanzado de diseño de caja de todos los que conocemos en el Perú, y para su época, es muy significativo de la zona andina. Su data habrá que colocarla en los últimos años del siglo XVIII o en las primeras décadas del XIX. Otros muebles como estantes, cómodas, etc., responden a la misma estética.

El autor de este importante órgano fue el mismo José Mariano Merino y Guarisela que de acuerdo a contrato de 1787 hecho con el Comendador Fray Antonio Camero había recibido 1.700 pesos para hacer un órgano muy laborioso y de toda distinción, y lo había finalizado en seis meses en lo que se refiere a secretos y fuelles y empezó la fundición de flautas. Luego por muerte del Comendador tuvo que intervenir Fray Miguel Lazo de la Vega, para concluir la obra.” 


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